Por Redacción
octubre 18, 2021
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De los 113 tipos de cannabinoides presentes en la marihuana (hasta ahora conocidos) los más conocidos son el THC (Tetrahidrocannabinol) y el CBD (Cannabidiol), sin embargo, existen otros compuestos con un gran potencial para aplicaciones recreativas y medicinales. Dentro de estos tipos de cannabinoides con alto potencial medicinal, está el THCA (Ácido Tetrahidrocannabinólico) que, a pesar de ser poco conocido, en un componente que tiene un alto porcentaje en la planta de la marihuana, en especial cuando está recién cortada o cruda.
Se podría decir que el THCA es el precursor ácido del THC. El THCA pasa a convertirse al THC cuando pasar por un proceso de descarboxilación, y cambia algunas de sus propiedades, por ejemplo, el THC es muy famoso por ser el componente psicoactivo de la marihuana, el que te hace sentir “elevado” o “colocado”; en cambio el THCA no contiene ninguno de estos efectos y aun así podría ser de utilidad como asistente en tratamientos de varios padecimientos en los que se utiliza el THC.
A pesar de ser un compuesto abundante en la planta de la marihuana, la mayoría de las veces se consume en una porción muy pequeña porque solamente hay una gran cantidad de THCA cuando la planta de la marihuana está viva o muy fresca. Motivo por el cual, muy pocas personas gozan de sus beneficios, sin embargo, los recientes estudios científicos al respecto nos han dado a entender que este compuesto podría ser un gran aliado como tratamiento o como un complemento para el tratamiento de varios problemas de salud.
En su estado natural, la marihuana no contiene compuestos como el THC o el CBD, ya que estos se producen desde su forma ácida, el THCA o el CBDA (ácido cannabidiólico) respectivamente. Para obtener el THC y el CBD, los cogollos y las hojas de marihuana deben pasan por un proceso llamado descarboxilación en donde se hornea, se quema o se calienta la marihuana, produciendo el cambio en los compuestos, esto pasa comúnmente cuando se fuma o se vaporiza. Se piensa que alrededor del 95% del THCA se convierte en THC durante la descarboxilación, por lo que regularmente se consume una cantidad muy pequeña.
Debido a la naturaleza del THCA, este cannabinoide se puede considerar una promesa en el ramo medicinal, una que no produce los efectos secundarios que tanto preocupan a muchos (psicoactivos), y que podría ser utilizada ampliamente junto con el CBD. Así que podríamos crear tratamientos seguros, sin efectos secundarios y totalmente aptos para el consumo de niños y de aquellos que quieren evitar los efectos secundarios.
Algunos pequeños estudios han dado como resultado la mejora de los pacientes cuando toman tinturas de THCA combinadas con terpenos, CBD, THC y otros cannabinoides, aunque todavía estamos muy lejos de tener tratamientos estandarizados y efectivos para todas sus aplicaciones, no hay duda de que vamos por buen camino.
A pesar de ser un componente poco conocido existen pequeños estudios, doctores que la han probado en tratamientos y casos de pacientes en los que se ha utilizado el THCA con resultados prometedores para una amplia gama de padecimientos. Todavía falta mucho para que conozcamos por completo las propiedades de este ácido, sin embargo, ya tenemos algunas pistas sobre las áreas en las cuales podría funcionar como:
Epilepsia. Ya existen medicamentos a base de CBD para reducir la duración y la cantidad de ataques epilépticos. Ya existen muchos pacientes que han mejorado su vida con este tipo de alternativas naturales. Es posible que el THCA sea un muy buen complemento para mejorar la efectividad de este tratamiento.
Dolor crónico. Una de las aplicaciones más utilizadas del THC, es para aliviar el dolor. Problemas de salud como la artritis, migrañas, dolores musculares o dolores producidos por nervios dañados pueden afectar diariamente a quien los padecen y en muchas ocasiones estos problemas impiden muchas actividades. El THCA puede ofrecer una solución sin efectos secundarios para las personas que quieran tener una vida más plena.
Desordenes digestivos. Los síntomas de problemas como el síndrome de colon irritable, la colitis o el síndrome de Crohn podrían reducirse con pequeñas dosis de THCA. Sólo falta que los científicos encuentren la combinación de cannabinoides perfecta para tratar estos padecimientos.
Alzheimer. Existen casos en los que la aplicación del THCA a pacientes de Alzheimer, disminuyó los síntomas cognitivos, permitiendo que puedan reducir algunos de los medicamentos con efectos secundarios serios.
Antiinflamatorio. En algunos estudios se sugiere que altas dosis de este componente antiinflamatorio podría ser una muy buena protección en contra del cáncer. Se necesitan muchos más estudios para conocer por completo sus efectos, pero hasta ahora es una posibilidad.
Nauseas. Las pruebas en laboratorio dan a entender que el THCA necesita de una dosis de entre10 y 100 veces más baja que el THC para reducir las náuseas (pruebas realizadas en ratas). De ser así, este componente natural promete ser una mejor solución para prevenir y aliviar las náuseas.
Estos pequeños estudios, los reportes de los científicos y los pacientes que han tenido mejoría en sus condiciones son una señal de que el THCA puede jugar un rol muy importante en el área medicinal de la marihuana. Hay que aclarar también que en la mayoría de las situaciones el THCA fue aplicado en pequeñas dosis y aun así ha tenido un impacto positivo, por lo que podemos esperar que al ser utilizado con otros cannabinoides tengamos mejores resultados.
De comprobarse ciertos los beneficios del THCA, este podría ser más fácil de conseguir ya que este componente es más abundante en la planta cruda y podría adquirirse en mayor cantidad a diferencia de otros compuestos de la marihuana. Esto supondría un gran avance para que la comunidad científica pueda crear medicamentos y tratamientos más accesibles para todos.
Aún nos falta mucha información sobre este tema y solo nos falta esperar un poco más para que los científicos le dediquen más investigación a otro compuesto medicinal de la marihuana, y así ayudar a muchas más personas a vivir plenamente.